lunes, julio 16, 2007

Artículo de La Prensa Gráfica sobre la importancia de las Carreras Técnicas

Más técnicos

Cerca del 30% de graduados no tienen trabajo en las áreas que estudiaron porque están saturadas. Mientras el MINED dice que “no puede obligar” a las instituciones a enseñar otras carreras, las empresas exigen menos licenciados y más técnicos y bilingües.

Claudia Contreras
economia@laprensa.com.sv

Luis M. (nombre ficticio) tiene 32 años, cinco de los cuales invirtió en la carrera de Arquitectura. Sin embargo, tras tres años de formar parte del mercado laboral, José no ha encontrado más que una plaza de dibujante de fachadas y con un salario que, afirma, no responde a su preparación y experiencia.

Pero José no es el único. Según estimaciones de empresas de Recursos Humanos, la tendencia mundial dice que al menos el 30% de los graduados no trabaja en la carrera que estudió, y la razón es simple: la mayoría de bachilleres estudia carreras que no están siendo requeridas por las empresas.

“La oferta se está concentrando en carreras que están bastante saturadas y se disminuye en carreras donde sería más conveniente hacer una apuesta formal. Así como hubo un tiempo para administradores de empresas, hoy es el tiempo de carreras técnicas: ingenierías, computación”, afirma Federico Colorado, presidente de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), y las cifras lo respaldan.

De acuerdo a una encuesta de Manpower —reclutadora de personal a escala mundial— realizada en 2006, entre 37,000 empresarios de 27 países, el 41% de los empleadores tiene problemas para encontrar personal calificado, y el porcentaje sube a 62% en Latinoamérica.

Solo en el país, mientras cada año, desde 1998, más de 2,000 personas se gradúan en ciencias jurídicas, el Ministerio de Educación (MINED) registró en 2005 solo 2,587 graduados de las 17 carreras de ingenierías y tecnología. El mismo año, de 25,085 bachilleres graduados, solo 2,147 optaron por una carrera técnica.

Esta tendencia, dice Eric Quezada, gerente para Centroamérica de Manpower, es porque “enseñamos mucho la parte social, pero la matemática la dejamos a un lado. En cambio, los países desarrollados ponen énfasis en esta parte y es lo que las empresas están pidiendo. No hay tantos que quieran estudiar ingenierías, pero sí hay varios puestos que esperan colocarse en esas áreas”.

Carla de Vanegas, directora ejecutiva de la bolsa de trabajo Tecoloco.com, agrega que hay que “alinear la oferta con la demanda” y dice que “es un error que las universidades sigan graduando así. En oriente, el 70% de los que se gradúan son abogados y en seis años que tengo con Tecoloco.com a lo sumo se habrán necesitado cinco”.

Pero no todas las universidades comparten esta visión, y algunas aseguran que independientemente de las carreras que impulsan, sus estudiantes salen con trabajos seguros (ver nota aparte).

los temores a números

Aunque todos coinciden en que la globalización ha provocado que las empresas exijan un nuevo perfil de profesionales —donde los técnicos encabezan la lista, y donde saber inglés y computación ya no es un “plus”, sino una necesidad— la directora nacional de Educación Superior, María Isaura Arauz, responsabiliza también a los estudiantes de este déficit de nuevos profesionales. “Si soy bachiller, lo normal es que tenga una toma de conciencia de qué es el país, cuáles son los retos que está impulsando el Gobierno, y luego tomar la decisión”. Y para responder a las críticas, dice que los MEGATEC, que se especializarán en áreas científicas e innovación, son la respuesta al mercado, porque a las universidades no pueden obligarlas a reorientar sus carreras.

Pero antes de impulsar las carreras técnicas, FUSADES dice que hay que poner atención a la educación básica. “No se puede incrementar mucho la carrera técnica si no se fortalece la educación secundaria. Todavía un 43% de jóvenes en edad de estudiar están fuera del sistema, hay que atender a esos jóvenes y hacer la transición de educación media a la universitaria mucho más fácil”, apuntó Helga Cuéllar, analista de FUSADES.

Edgar Lara, economista de la Fundación Nacional para el Desarrollo (FUNDE), va más allá y afirma que la brecha inició con un desfase entre la política económica y la educativa. “Si promuevo X política económica, necesito una mano de obra que cumpla con estas características. Debe haber una coherencia entre apuesta educativas con apuesta económica”, afirma.

http://laprensa.com.sv/economia/823589.asp

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